*Acusan de fraude la coronación de la mexicana en la competencia mundial de belleza
Por Yiram Anteliz
Fátima Bosch se coronó como Miss Universo 2025 en Bangkok, pero su victoria no fue recibida con unánime júbilo. Aunque México celebró con emoción, en el recinto se escucharon abucheos y sospechas, lo que generó acusaciones de favoritismo y decisiones pactadas detrás de bambalinas. Muchos en redes cuestionan si su triunfo fue preparado, pero también hay millones que defienden que ganó por su autenticidad, su presencia tranquila y su mensaje firme: no solo una reina de belleza, sino una voz empoderada.
Acusaciones de corrupción estructural
Uno de los momentos más escandalosos vino de Omar Harfouch, un juez que renunció antes de la final. Él acusa que se formó un “panel secreto” para escoger a las 30 finalistas sin pasar por el jurado oficial, y afirma que hubo presión para que votara por Bosch porque su padre tiene negocios con Raúl Rocha, presidente de Miss Universo. 
Estas denuncias destapan una posible red de influencias detrás del escenario, lo que para muchos reduce la credibilidad del certamen. Pero también para otros, la perseverancia de Bosch frente a esos rumores refuerza su legitimidad: aun con todo en su contra, se mantuvo firme, defendiendo su dignidad y su derecho a estar allí.
Resistencia, insultos y renuncias
La edición estuvo marcada por una crisis temprana: Nawat Itsaragrisil, directivo oficial del certamen, insultó a Bosch llamándola “cabeza hueca” o “idiota” frente a otras concursantes, lo que desencadenó un boicot simbólico en el que muchas se levantaron y salieron en solidaridad. 
Bosch, lejos de amedrentarse, levantó la voz: dijo que no estaba dispuesta a permanecer en silencio ni a que su dignidad fuera pisoteada, declarando que “vine a ser una voz, no una muñeca que vestir”. 
Luego de la polémica, Itsaragrisil se disculpó públicamente y su rol fue limitado por la dirección de Miss Universo. 
Además de Harfouch, otro juez también renunció —estos hechos subrayan que no todo fue glamur, sino una lucha interna por la transparencia.
Mensaje de victoria, dignidad y reconocimiento político
Bosch no solo ganó por su belleza, sino por lo que representa: una mujer que se planta, exige respeto y usa la plataforma para hablar por otras. Su mensaje resonó con muchas mujeres y jóvenes. Después de su victoria, sus seguidores destacaron que su triunfo fue mucho más que una corona: fue una reivindicación de valores como la firmeza, la dignidad y la lucha contra el maltrato.
La presidente Claudia Sheinbaum también la respaldó públicamente, elogiando su actitud y su fuerza de carácter. Para muchos mexicanos, Bosch no solo ganó Miss Universo, sino que dio una lección de respeto, empoderamiento y autenticidad.
