Transición: La posibilidad de una transición política en Venezuela abre de inmediato la interrogante sobre la línea de sucesión en el Palacio de Miraflores bajo el marco constitucional vigente, específicamente el artículo 233, si se produjera una falta absoluta del presidente, el procedimiento varía según el momento del mandato. Bajo la actual coyuntura de la tercera intercepción del petrolero Bella 1 en aguas internacionales en la proximidad de Venezuela, la Constitución establece que el Vicepresidente Ejecutivo, en este caso, Delcy Rodríguez debería asumir el mandato de Maduro para completar el periodo. Sin embargo, la realidad política venezolana es más compleja que el texto legal.
La legitimidad de las instituciones está bajo constante crítica internacional e interna , lo que sugiere qué una caída de Nicolás Maduro no derivaría necesariamente en una sucesión lineal, sino en una pugna interna entre las facciones del chavismo, representadas por figuras como Jorge Rodríguez o Diosdado Cabello, o en una transición negociada hacia el liderazgo opositor encabezado por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, quienes reclaman la victoria en los comicios recientes.
Perspectiva: Mientras continúa la disputa del poder en las altas esferas, el nivel de pobreza en el país es uno de los más alarmantes de la región. Según cifras recientes de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) de 2024 y proyecciones de 2025, a pesar de una ligera estabilización en algunos indicadores macroeconómicos, más del 70% de los hogares venezolanos percibe ingresos que los sitúan bajo el umbral de la pobreza.
De este grupo, un porcentaje que oscila entre el 50% y el 55% sobrevive en condiciones de pobreza multidimensional, lo que significa que no solo carecen de dinero, sino que sufren una caída en servicios básicos, salud y educación. La brecha de desigualdad se ensanchó de tal manera que el sector más rico de la población llega a ganar hasta cincuenta veces por encima del grupo más vulnerable, consolidando una sociedad fracturada donde el acceso a dólares marca la diferencia entre la subsistencia y la desnutrición.
Desenlace: En este contexto de fragilidad económica, la economía subterránea encontró un terreno fértil para expandirse, especialmente el tráfico de estupefacientes. Las provincias venezolanas que registran los mayores índices de tráfico de drogas se concentran principalmente en la línea fronteriza y costera. El estado Zulia es, por su proximidad con Colombia, el principal punto de salida de cargamentos hacia el Caribe y Centroamérica.
De igual forma, los estados Apure y Amazonas funcionan como zonas de retaguardia y tránsito controladas por grupos irregulares que aprovechan la densa selva y la porosidad de los límites internacionales. En la zona oriental, los estados Sucre, Monagas, Nueva Esparta y Delta Amacuro se convirtierin en rutas críticas hacia las islas del Caribe, especialmente Trinidad y Tobago, consolidando un corredor donde el tráfico de drogas se mezcla con la trata de personas y el contrabando de oro.
Acciones: La respuesta de la comunidad internacional, y en particular de Estados Unidos, ante este panorama de crisis y criminalidad es el uso de sanciones financieras directas. Hasta la fecha, el Departamento del Tesoro de EE. UU., a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), congeló las cuentas y activos de más de 140 funcionarios y exfuncionarios del gobierno de Nicolás Maduro.
Tan solo a finales de 2024 y al concluir 2025, se sumaron 21 nuevos nombres a esta lista, incluyendo figuras de alto mando en la Guardia Nacional Bolivariana, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y el Ministerio de Comunicaciones. Estas medidas no solo bloquean el acceso al sistema financiero estadounidense, sino que también prohíben a cualquier ciudadano o empresa de ese país realizar transacciones con los implicados, buscando presionar al círculo íntimo de Maduro mediante el asfixiamiento de sus recursos económicos en el exterior.
Por ello, el aislamiento al que se somete Maduro recuerda la obra de nuestro Premio Nobel de Literatura Octavio Paz «EL Laberinto de la Soledad» marcada por una profunda soledad existencial en la búsqueda de una identidad de mando por encima del SEBIN.
