Así lo dice La Mon / Expediente Epstein y sombras del Subsecretario mexicano

Origen: El laberinto judicial que rodea a Jeffrey Epstein ingresó en una fase crítica con la reciente desclasificación masiva de documentos bajo la Ley de Transparencia de los Archivos Epstein, promulgada en noviembre de 2025. Este movimiento, forzado por la presión del congreso estadounidense y la opinión pública comenzó a liberar cientos de miles de folios, fotografías y registros digitales que permanecían bajo llave durante años.

Lo que ahora sucede no es simplemente una entrega de papeles, sino un proceso de exposición por goteo donde el Departamento de Justicia publica material redactado para proteger la identidad de las víctimas, pero que deja al descubierto la magnitud de la red de influencia del financiero.

Los analistas prevén que en las próximas semanas la cifra de documentos supere varios cientos de miles, incluyendo bitácoras de vuelo del «Lolita Express», comunicaciones internas de agencias federales y material fotográfico recuperado de las mansiones de Epstein. Esta apertura documental busca responder a la pregunta de si existió una protección institucional que permitió al magnate operar durante décadas, transformando el caso de un juicio criminal interrumpido por una muerte sospechosa en una auditoría histórica sobre el poder y la corrupción en las élites globales.

¿Dupla?: La relación entre Donald Trump y Jeffrey Epstein se remonta a finales de la década de 1980, cuando ambos comenzaron a frecuentarse en los círculos sociales más exclusivos de Nueva York y Florida. Según los registros de la época, su relación se forjó en el entorno de los bienes raíces y la vida nocturna de Palm Beach. En 2002, el propio Trump describió a Epstein ante la revista New York como un «tipo fantástico» con quien compartía el gusto por las mujeres hermosas, mencionando que Epstein solía preferirlas «en el lado más joven».

Durante los años 90, compartieron eventos en el club Mar-a-Lago y se reportaron múltiples vuelos de Trump en el avión privado de Epstein, aunque ahora el presidente sostiene que estas interacciones fueron puramente sociales. La ruptura oficial de la amistad ocurrió alrededor de 2004, presuntamente debido a una disputa inmobiliaria por una mansión en Palm Beach que ambos pretendían comprar.

Posteriormente tras el arresto de Epstein por primera vez en Florida, Trump le prohibió la entrada a sus propiedades, marcando una distancia que se prolongó hasta 2012 a pesar de que los nuevos archivos desclasificados siguen arrojando luz sobre la cercanía que alguna vez existió entre ambos.

Causa: El proceso judicial contra Epstein fue plagado de irregularidades que alimentaron la desconfianza en el sistema de justicia estadounidense. La anomalía más flagrante ocurrió en 2008 con el polémico «acuerdo de no procesamiento» en Florida, supervisado por el entonces fiscal Alexander Acosta. Mediante este pacto secreto, Epstein fue autorizado a declararse culpable de cargos estatales menores de prostitución, evitando otras imputaciones federales de tráfico sexual que lo llevarían a cadena perpetua. Cumplió solo 13 meses en una cárcel del condado con privilegios de salida diaria para trabajar, una sentencia insólita dadas las evidencias de abuso sistémico. Además, el acuerdo otorgó inmunidad a posibles cómplices no identificados y se ocultó deliberadamente a las víctimas, violando sus Derechos.

La segunda gran irregularidad se produjo en 2019, cuando Epstein fue hallado muerto en su celda del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York mientras esperaba un nuevo juicio. Las cámaras de seguridad fallaron esa noche, los guardias encargados de vigilarlo se quedaron dormidos y falsificaron registros, y Epstein fue retirado del protocolo de vigilancia contra suicidios poco antes de su fallecimiento, dejando un vacío de justicia que las actuales desclasificaciones intentan cubrir.

Cruzó fronteras: Respecto a la posible implicación de políticos mexicanos, la información surgió principalmente de las bitácoras de vuelo y agendas personales de Epstein, conocidas como el «libro negro» dónde apareció el nombre de un ex subsecretario de Gobernación en el sexenio 1994-2000.

Aunque hasta el momento no se presentan cargos formales contra figuras de la política mexicana, la aparición de ciertos nombres en los registros de vuelo hacia la isla Little ubicó al poderoso funcionario del interior y publirelacionista. Se menciona que Epstein mantenía conexiones con empresarios y personajes de la alta sociedad que servían como puentes hacia el poder político en México, utilizando su red de filantropía y ciencia como fachada.

Las investigaciones periodísticas apuntan que la red de Epstein buscaba expandir su influencia en América Latina, y el nombre de México aparece en diversas coordenadas de sus operaciones financieras y sociales. Sin embargo, la distinción entre conocer al magnate en un contexto social y participar en sus actividades ilícitas sigue siendo el núcleo del debate legal. Con la publicación de los nuevos 300 gigabytes de información en este cierre de 2025, se espera que los detalles sobre los vínculos específicos con actores del sistema político mexicano salgan finalmente de las sombras del anonimato.

Deja un comentario