Palacio Nacional, el narco Apartheid de América Latina

*“Son una bola de hambrientos miserables que dejan huella de su paso por la vida, no tienen pasado, no tienen presente y no tendrán futuro, pero son muy útiles para mi proyecto de gobierno porque les avientas un puño de frijoles y serán incondicionales a mi persona”, dijo Obrador, emulando a Stalin

Por Blas A. Buendía*

Como todo un “cobarde”, la sociedad en general calificó la pueril actitud de Andrés Manuel López Obrador, cuando el ex presidente norteamericano Donald Trump, diera a conocer algunos “secretos de Estado” en relación a la larga amistad que tiene México con Estados Unidos, en el sentido que “el presidente (de México) es un tipo muy bueno, que me gusta mucho, es un socialista, pero me gusta, es uno de los socialistas que me gustan”.

Tras un gobierno fallido, el de México, frente a las también fracasadas intensiones  de Trump de levantar al pueblo gringo en contra del férreo sistema estadounidense, que es el Derecho en sí, el programa “Quédate conmigo” para México ha sido un total y rotundo fracaso porque el territorio mexicano está invadido por auténticos Enemigos a la Patria, procedentes del Caribe,  centro y sur de América, así como la apertura de otros lares del Planeta que huyen de sus países  para alcanzar el sueño dorado de Disneylandia.

El güero de lengua larga, había presumido que doblegó a López con el despliegue de miles de soldados mexicanos en las frontera sur y norte para detener la ola migratoria en 2019, la cual no ha podido frenar la migra azteca por la falta de una coordinación eficaz, que a ciencia cierta, el régimen de Andrés ha sido endeble, permitiendo que la seguridad nacional esté en ciernes por una intrusión masiva, cuya expatriación es una realidad.

Las pifias constantes del presidente López lo han conllevado a establecer un Apartheid tan igual al sistema político y social desarrollado en la República de Sudáfrica y otros estados sudafricanos, basado en la segregación o separación de la población por motivos raciales o étnicos y en el trato discriminatorio y la crispación hacia la población como lo hubo en la época de Adolf Hitler.

Si bien la segregación de un grupo humano por razones étnicas, culturales o sociales también se caracterizan por transformar a México en una régimen malogrado, sus orígenes se confrontan por el fenómeno de la Oclocracia vinculada con la Anocracia, quedando demostrado que no llegó una casta de notables letrados para gobernar, sino una generación de delincuentes surgidos de la plebe para robar bajo la sombra de supuesta “democracia”.

El mundo intelectual sigue protestado porque el presidente López en lugar de velar por el bienestar de la comunidad nacional, con sus programas de “ahorro de austeridad”, le ha dado al traste a la unidad de los mexicanos, los ha desamparado en grado superfluo, irradiando en un irrefrenable genocidio generado por la pandemia del Coronavirus.

En su mayoría de los mexicanos de escasos grados académicos, sin embargo, éste se ha dejado llevar por el Canto de las Sirenas lo que demuestra, por igual,  que entre la muchedumbre no existe persona coherente que haga entender a los demás, el gran peligro que aún representa Manuel Andrés López Obrador, cuyas siglas se traducen en el MALO y pesadilla en contra de un pueblo tan noble como el mexicano.

Lo asombroso es que muchos se quejan y vociferan los recuerdos del 10 de mayo en contra de Doña Manuelita, nombre de la madre del presidente (hoy finada), pero más allá de esas consignas existe una cobardía colectiva para Salvar a la Patria de la maldad de un apátrida, genocida y fratricida confeso.

Es también de reprobar que el presidente López, en apariencia y ante tantas protestas en su contra, lo protejan las sombras del mal, es decir, tiene un aurea diabólica que le impide que las fuerzas del bien y la razón pudieran doblegarlo, ser refrenado, contenido o reprimido. Es, en síntesis, «la fuerza irrefrenable del alud de la sinrazón».

Retomando la frase del filósofo del inglés Francis Bacon que decía «para gobernar la naturaleza, es preciso obedecerla», en el carácter político es prácticamente lo mismo, quizá el mejor lugar para observarla sin riesgos, es el valle del abstencionismo electoral, pero genera otro grave problema de corrupción moral, la no asistencia a las urnas, es como seguir haciendo el juego al genocida gobernante.

Este reportero hace más de 20 años —con más de medio siglo de servicio periodístico— se dio a la tarea de investigar al tabasqueño, construyendo con la edición de un libro denominad Crímenes Ocultos de López Obrador, texto polémico el cual fue censurado desde el año 2003, por parte de la mañosa y perversa izquierda, misma que ha poseído tener alta capacidad para menguar al mundo intelectual a través de las fuerzas beligerantes y las amenazas, hasta edificar una escayola o cancelación de la justica.

Hoy conocida como la nueva Mafia del Poder, encabezada por el vinculante narcotraficante Andrés Manuel López Obrador, quien en este sexenio 2018-2024, convirtió a Palacio Nacional como la sede del narcotráfico en América Latina, demostró tempranamente ser un siervo ladino a los pies del Foro de Sao Paulo, que integra a los más resentidos y antisociales contra el Imperio de los Estados Unidos de Norteamérica.

El desprecio de un maniático con poder que pretende instaurar una dictadura perfecta, López Obrador —conocido como el Caín de Macuspana— al muy estilo del tirano soviético Iosif Stalin, el tabasqueño también ha practicado la Metáfora de la Gallina Desplumada en contra de la plebe que gobierna y que ciegamente le sigue y garantiza gobernar bajo el método de la Oclocracia y la Anocracia.

Con la entereza de la maña, López Obrador ha ordenado censurar patibulariamente dos libros que descubren su negro pasado: Crímenes Ocultos de López Obrador  y Todo el poder al nuevo Emperador de México, éste último escrito por el historiador Arnulfo M. Licona Ocaña, amigo desde la niñez de Andrés Manuel, textos prohibidísimos para su distribución y venta en territorio mexicano.

La proyección del ahora presidente López, hace rememorar La Metáfora de la Gallina Desplumada, donde se robustece que en una de sus reuniones en Stalingrado, el dictador soviético stalinista, durante el periodo de 1941-1953, ordenó que le trajeran una gallina.

En cuanto se la llevaron, la tomó fuertemente por el cuello con una mano, y con la otra, empezó a sacar sus plumas. “Así de fácil se gobierna a los estúpidos”, presumiría. En contraparte, “un país que olvida su historia, está condenado a repetirla para luego beneficiarse del mismo”, avizoran críticos.

Prosiguiendo con el libro incómodo de Arnulfo M. Licona Ocaña, en la página 123 se registran las palabras de López Obrador sobre las fuerzas armadas que no hacen nada por defender a la Patria, de un enemigo que los ha corrompido:

 “El Ejército y la Marina están infestados de corruptos cegados por la codicia y el amor al dinero, son altamente peligrosos, con ellos no me puedo meter pero los tendré comiendo de mi mano dándoles grandes presupuestos para las grandes obras de mi gobierno”.

Una vez más, se rememora la dramática historia conductual de Stalin.

 “En cuanto a las drogas, especialmente a la amapola de Guerrero, el Ejército será el único beneficiario de la explotación y trasiego hacia los Estados Unidos”.

En la mayoría de las páginas del libro Todo el poder al nuevo Emperador de México, se exhibe la maldad y perversidad de este siniestro personaje (López Obrador). Es en la hoja 187 donde desnuda su plan para proletarizar y empobrecer a las clases medias y así tenerlas controladas con miserables dádivas que apenas les permitan sobrevivir.

 “La población de las clases medias es estúpida y comodina, solo aspiran a comprarse ropa de marca, un carrito en abonos y a comer de vez en cuando en un restaurante de lujo. Esta clase es aspiracional y egoísta, solo les interesa ganar dinero y más dinero, pero yo les enseñaré a arrodillarse ante mi gobierno, para que aprendan estos mediocres”.

Como última referencia sobre el contenido del libro Todo el poder al nuevo Emperador de México, se refiere a la oligarquía de México formada por los grandes millonarios, los jerarcas de la Iglesia católica y por los intelectuales a los que e3l PejeLagarto llama “orgánicos”; sobre todos ellos, dice:

 “Son un grupito de cabrones (sic), una minoría rapaz que se ha adueñado de nuestro país, pero todos tienen cadáveres en el closet y con solo amenazarlos con auditorías y revisiones a sus fortunas mal habidas los tendré bien calladitos y obedientes porque además son hipócritas y cobardes; nunca serán capaces de rebelarse a mi gobierno“.

Si bien Andrés Manuel López Obrador, con el estilo maquiavélico stalinista habla de “cadáveres en el closet”, a la sociedad no solo de México, sino de todo el mundo, le urge conocer de su propia boca y mentalidad viperina, la versión sobre los motivos que le orillaron para asesinar de un certero balazo en la cabeza a su hermano José Ramón López Obrador, así como la otra truculenta historia de su amigo José Ángel León Hernández, a quien le quitó también la vida al lanzarle un cobarde pelotazo de béisbol impactándole en su cabeza y dejándolo por años y décadas, postrado como un vegetal hasta morir.

Dos crímenes que quedaron en la impunidad, que aun cuando en el estado de Tabasco se tiene “prohibido” hablar de los fatídicos recuerdos del también zoofílico Andrés Manuel López Obrador, todos esos temas “tabúes”, han quedado plasmados en el libro Crímenes Ocultos de López Obrador, del periodista Blas Alejo Buendía Pozos, el cual en su momento fue censurado y su autor, sufrir de una persecución política desde la época cuando fue jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México.

El texto de Todo el poder al nuevo Emperador de México, al igual que el de Crímenes Ocultos de López Obrador —a comparación de los que le “escriben” sus amanuenses—, fueron clasificados “non gratos” por el gobierno del todopoderoso macuspano, incluso al buscar un ejemplar del primero de ellos, los llamados Siervos de la Nación se dieron a la tarea de retirarlo de las librerías y comercios.

Como un dato no solo anecdótico, sino comparativamente histórico —porque revive la fuliginosa época del dictador alemán Adolf Hitler—, dichos Siervos siguen buscando para retirar todo libro que hable mal del Caín de Macuspana, incluso trascendió el secuestro de un camión que viajaba a la ciudad de Puebla con un cargamento de 12,000 ejemplares y hasta el día de hoy se desconoce el paradero, tanto de  dicha unidad, así como el de su chofer y un ayudante que lo acompañaba.

Este y muchos otros son los ejemplos del gobierno de Andrés Manuel “Stalin” López Obrador, quien tiene la maña de censurar ferozmente su negro pasado, como si se hablara del desprecio de un demente con poder.

¡El “p…” es usted…!

Fósil de la UNAM, que nuestra bendita Máxima Casa de Estudios jamás debió darle cobijo a un mediocre sicópata y tolerarle sus andanzas en las islas “quemándole la cola al diablo” (fumando marihuana), es otra de las estrujantes narrativas que corren en las benditas redes sociales, las que ahora, Andrés Manuel López Obrador odia y detesta porque creyó que “gobernar” a México sería una visita de campo.

Titulado como El hipócrita del par de zapatos, con plena exactitud desnuda al macuspano —de quien se dice que no es mexicano sino que nació en la República de El Salvador, en noviembre de 1953, según copia del Acta de Nacimiento que obra en poder de este reportero—.

La sociedad en general, sigue estando enardecida por la mala administración del gobierno mexicano en manos de un sujeto al que urge que le hagan un examen sicológico de pe a pa, porque ha resultado ser todo un cáncer para México.

¡No se equivoque Presidente!

¡México no es un país de mediocres y fracasados como usted piensa!

¡No señor…!

¡Si algo nos caracteriza a los mexicanos, es el deseo de luchar y salir siempre adelante, de superar el miedo y el medio, de ser mejores!

¿A poco usted cree que los mexicanos que emigran a Estados Unidos para mandar dólares a sus familias, lo hacen para que ellas sigan viviendo en las mismas condiciones de pobreza?

¿A poco usted cree que los jefes y jefas de familias pobres, que hacen un esfuerzo sobrehumano para mandar a sus hijos a la universidad, lo hacen para que  sigan viviendo en las mismas condiciones de pobreza que ellos?

¿A poco usted cree que los millones de mexicanos que, a través del voto  le dieron su confianza con la promesa de que “estarían mejor”, lo hicieron para seguir igual o peor como estamos ahora?

¡…Claro que no, de ninguna manera…!

¡El pobre votó por usted con la esperanza de salir de pobre!

¡El clase-mediero, fue quien le dio el triunfo, votó por usted para tener una vida mejor, una vida libre de corrupción!

¡Así que ahora no salga con que tienen que enfocarse más a lo espiritual que a lo material, porque «aspirar a la riqueza es pecaminoso» y que por lo mismo  debemos conformarnos con un pinche par de zapatos, unos cuantos trapitos y una carcachita, porque «…de los pobres es el reino de los cielos»…! Con todo respeto, ¡no mame Presidente…!

¡Entendemos que usted en su vida estudiantil fue siempre un mediocre y que como profesional es un pobre fracasado (el hecho de ser presidente por una coyuntura histórica ni lo hace un triunfador ni un profesionista exitoso)!

¡Por eso es que en su infinita mediocridad, envidia con una rivalidad patológica a los profesionistas y a los emprendedores que han tenido éxito y que se han esforzado  en sus vidas!

¡Pero de eso a pretender que todos los mexicanos seamos igual de mediocres “como usted”, aprovechando el poder presidencial para ello, eso es no tener ni siquiera tantita madre…!

¡Bastante tenemos que con dinero que no es suyo (porque según usted no tiene ni en qué caerse muerto, por sus 200 pesos que trae en su cartera) propicie la mediocridad a través de programas clientelares que en lugar de impulsar a la gente a trabajar y superarse, la hacen dependiente de sus dádivas, como si se tratara de incapaces! ¡Usted, Señor Presidente, salió peor que Vicente Fox!

¡Además, no se vale que utilice el púlpito presidencial para pontificar una pobreza franciscana que ni usted, ni mucho menos su familia, profesan! ¡Bola de hipócritas! ¡Impunemente, se han enriquecido ilícitamente a costa de saquear el erario público, en pocas palabras, se han robado los dineros del pueblo!

¡Así es que no se equivoque Presidente, los mexicanos nunca nos hemos conformado con estar jodidos ni mucho menos con ser unos mediocres conformistas “como usted”, piensa! ¡No Señor Presidente, no somos pendejos, el pendejo es usted, de plano!

La fábula del niño Andrés

Cuenta la parábola que un niño —casualmente llamado Andrés—, que criticaba mucho a los demás, fue a una Iglesia a confesarse. El sacerdote después de escucharlo le dijo: “Vete, compra una gallina, y vuelve aquí quitándole las plumas por el camino y tirándolas al suelo”.

La personita lo hizo, compró la gallina y regresó hacia la Iglesia desplumándola. Al llegar no le quedaba ni una pluma a la gallina. El pobre animal cacaraqueaba del sufrimiento que le indujo un intenso dolor. El niño entró sonriente y campante a la Iglesia, cargando al pobre animal que yacía cabizbajo a punto de la muerte. Jocosamente, le comentó su osadía al “representante de Dios”.

El sacerdote le espetó: “Ahora, vuelve y recoge todas las plumas y tráemelas”.

El menor sorprendido, reclamó: “¡Eso es imposible, padre! ¡Nadie podrá hacer eso, y mucho menos hoy, que hace tanto viento!”

—Lo sé—, le respondió con pasmosa tranquilidad, pero con una angelical mirada y dulzura de voz. “He querido hacerte comprender que si no puedes recoger las plumas de una gallina desparramadas por el viento, ¿cómo vas a poder reparar las cosas negativas que vas diciendo por ahí de la gente?”

El niño Andresito quedó mudo, sin saber qué decir, y mucho menos responder a un cuestionamiento por demás lógico.

Muchos años después, ese niño sigue llamándose Andrés Manuel López Obrador, calificado por la vox populi como “la boñiga convertida en la máxima expresión del mandato presidencial”, a quien también tachan con un esperpento maldito del que haya tenido la triste historia de esta gran Nación. “¡Maldita la hora en que lo vio parir el mundo!”, sentencian sus antagonistas.

Redes benditas

Tras fronteras y con apoyo de la tecnología, empero, las redes benditas han sido un acicate para López; la magia de esas redes han creado un amplio dique en contra de su mal gobierno, porque muchos analistas que a bien utilizan estos mecanismos del ciberespacio, envían mensajes al mundo de la existencia en México de un neo comunista, de un incipiente tirano, de un dictador, de un opresor, de un arbitrario, de un déspota, un autócrata y un criminal.

A mediados del año 2024, pese a todo lo anterior, México volverá a recobrar su libertad cuando una vez más, su pueblo acuda a sufragar por la renovación constitucional por la Presidencia de la República.

Si los momios políticos le sean adversos al costeñito macuspano, el poder de la justicia caerá cuan “ballena” de la Línea Dorada 12 del Metro de la Ciudad de México, en su espalda encorvada de su propio ser, toda vez que millones están en espera que el Estado ejerza su papel histórico a fin de aplicarle la máxima frase juarista: “Para los amigos, justicia y gracia. Para los enemigos, la ley a secas”.

Todavía más, desglosando el tema del libro Todo el poder al nuevo Emperador de México, al muy estilo stalinista, en la página 68, se expone la opinión de López Obrador sobre los pobres de México, haciéndolo de una manera enfermiza.

 “Son una bola de hambrientos miserables que dejan huella de su paso por la vida, no tienen pasado, no tienen presente y no tendrán futuro, pero son muy útiles para mi proyecto de gobierno porque les avientas un puño de frijoles y serán incondicionales a mi persona”.

Ese es el pensamiento del fratricida confeso tabasqueño, quien como en todo, no mide la gravedad de sus pensamientos, y mucho menos que lo haga con un talento que pudiera desagraviar a ese pueblo “noble” que le concedió la garantía de “salvar a México” en sus seis años de gobierno que —minuto a minuto, hora tras hora, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, y años por venir—, se transforma como un desastre, un total fracaso acompañando un terror criminal, muy propio de un autócrata parido por la Oclocracia y la Anocracia.

Reportero Free Lance *

Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021

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