Dispuestos a generar una estrategia basada en evidencia del gobierno para abordar la adicción no tratada, prevenir muertes por sobredosis de fentanilo y desmantelar las cadenas de producción y suministro de drogas, la administración de Joe Biden y Kamala Harris se reúnen este jueves con una delegación mexicana del gabinete de Seguridad para debatir y analizar los canales de colaboración para buscar una salida al problema de las adicciones en la Unión Americana para lo cual mantienen su exigencia de más acciones mexicanas contra el tráfico de fentanilo.
Con la consigna de colaborar en la solución, México llega a Washington con la petición formal a su principal socio, Estados Unidos, de mayores controles en la venta de armas a los cárteles mexicanos que incrementan la violencia desde el Río Bravo hacia el resto del territorio nacional en permanente disputa por las plazas. En medio de esta guerra entre cárteles hay miles de víctimas.
Este miércoles sale la misión mexicana que encabeza el canciller Marcelo Ebrard, junto con Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana; el Jefe de la Unidad para América del Norte de la Cancillería, Roberto Velasco Álvarez y extraoficialmente los secretarios de la Defensa, general Luis Crescencio Sandoval y de Marina, Rafael Ojeda, quienes participarán en la cumbre binacional de seguridad, prevista para iniciar a las 9.30 (hora local) del jueves.
Desde el 15 de marzo anunció la Secretaría de Relaciones Exteriores la cumbre binacional de funcionarios de México y Estados Unidos en Washington programada para mediados de abril para discutir la cooperación bilateral en la lucha contra el fentanilo y el tráfico de armas entre ambos países.
«Tuve una conversación telefónica con el Secretario Antony Blinken sobre nuestra próxima reunión del Acuerdo Bicentenario que se llevará a cabo en Washington. El tema principal es la cooperación contra el fentanilo y las armas entre ambos países», tuiteó Ebrard esa fecha.
Un día antes, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México informó en un comunicado citando al canciller, «en abril habrá una reunión en Washington entre los dos gabinetes de seguridad de ambos países para identificar pasos adicionales en la cooperación en la lucha contra el tráfico de fentanilo y armas».
En el mismo comunicado, México dijo que no hay documentación de que en el país se produzca fentanilo, sino que los precursores químicos llegan a México desde otros países donde luego son procesados.
«Las autoridades de seguridad nacional no tienen registro de producción de fentanilo en México, pero ubican a nuestro país como una zona de tráfico de ese opioide y sus precursores, que provienen principalmente de Asia», se lee en el comunicado.
De acuerdo con la DEA, las organizaciones criminales transnacionales mexicanas están produciendo cantidades cada vez mayores de fentanilo y tabletas ilícitas que lo contienen, y algunas de ellas utilizan laboratorios clandestinos y métodos de procesamiento cada vez más sofisticados.
«La DEA, en colaboración con funcionarios mexicanos, ha incautado y desmantelado numerosas operaciones de prensado de pastillas de fentanilo y laboratorios de síntesis de fentanilo en 2018 y 2019, lo que pone de relieve el papel que desempeñan las TCO en el abastecimiento del mercado estadounidense de fentanilo».
El fentanilo se contrabandea a través de la frontera entre México y Estados Unidos en cargas de baja concentración y gran volumen, las incautaciones de kilogramos a menudo contienen menos de una concentración del 10 por ciento de fentanilo», se lee en el informe de inteligencia de la DEA.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de diciembre de 2018 a marzo de 2023 se han decomisado 6 mil115 kilogramos de fentanilo, lo que representa un incremento de 1.049% en comparación con la administración anterior en la que se encontró fentanilo de 2014 a 2018. Este martes, la Secretaría de la Defensa Nacional de México anunció el decomiso de más de 1,8 millones de pastillas de posible fentanilo en Tijuana, Baja California.
De acuerdo con la cancillería, la actual administración de México está enfocada en incrementar los mecanismos de supervisión y vigilancia de sustancias controladas, incluido el fentanilo, mediante el despliegue de militares en puertos terrestres y marítimos, así como en centros aduaneros y en todo el territorio nacional.
«Las autoridades de seguridad nacional no tienen registro de producción de fentanilo en México, pero ubican a nuestro país como una zona de tráfico de ese opioide y sus precursores, que provienen principalmente de Asia», se lee en el comunicado.
Desde la óptica estadunidense, la naturaleza de estas drogas y su facilidad de acceso y potente letalidad representan una amenaza para la seguridad nacional, la seguridad pública y la salud pública. Si bien las viejas estructuras del tráfico aún existen, los productores y traficantes de estas drogas sintéticas ilícitas ahora explotan regularmente las redes de distribución comerciales globales legales para sostener y mejorar su negocio ilícito.