*Nula participación de Rodrygo en la era post Carlo Ancelotti, alzando los rumores de su posible salida
Por Yiram Anteliz
El brasileño Rodrygo Goes vive sus semanas más complicadas desde que llegó al Real Madrid. La joven estrella que alguna vez fue vendida como la joya del futuro blanco atraviesa un presente amargo: su rol en el equipo se ha reducido drásticamente, al punto de convertirse en un suplente habitual. El Bernabéu observa con asombro cómo uno de sus jugadores más prometedores apenas pisa el césped.
Un banquillo que pesa demasiado
El inicio de temporada ha dejado una imagen recurrente: Rodrygo sentado en el banquillo, mirando con frustración cómo otros se adueñan de los minutos que antes le pertenecían. La llegada de Mbappé, la explosión de Mastantuono y la consolidación de Vinícius han convertido al brasileño en el “último de la fila”. Lo que más sorprende no es solo su falta de titularidad, sino que tampoco aparece como la primera opción de cambio. La foto de su rostro serio mientras mascaba un tapón durante el partido contra Osasuna se viralizó como metáfora de su presente: ahí está, pero sin estar.
El dilema de quedarse o salir
Desde Brasil, la presión crece. Varios analistas insisten en que lo mejor para Rodrygo sería buscar un nuevo destino que le garantice minutos, sobre todo pensando en el Mundial de 2026. Sin embargo, el propio jugador no fuerza la salida y el club tampoco parece decidido a abrirle la puerta. Así, el atacante vive en una zona gris: sin protagonismo, sin ofertas concretas y con un futuro inmediato lleno de dudas.
El relevo generacional que lo arrincona
La apuesta del Real Madrid por nuevas figuras ha dejado a Rodrygo atrapado en un laberinto. Xabi Alonso parece inclinarse por dar oportunidades a los recién llegados, y en ese proceso el brasileño ha perdido la confianza que en su momento le brindó Ancelotti. La maquinaria blanca es implacable: si un futbolista no rinde, otro toma su lugar sin contemplaciones. Lo polémico es que en este caso, el damnificado no es un veterano en declive, sino un joven de apenas 24 años que ya fue clave en noches europeas.
Una estrella en riesgo de apagarse
El caso Rodrygo divide opiniones: para algunos, su estancamiento es responsabilidad propia; para otros, es víctima de la sobrepoblación ofensiva en el Madrid. Lo cierto es que su presente no admite matices: ha dejado de ser un protagonista y corre el riesgo de convertirse en un actor secundario permanente. La pregunta que flota en el aire es directa y punzante: ¿estamos viendo el ocaso de una promesa o la injusticia de un club que no sabe administrar su talento?
