*Un plan del Gobierno de Brasil, que cuenta con apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones, supone un “renacer” para muchos migrantes venezolanos cuyas vidas “están suspendidas en el aire”, ya que dejan de estar en la calle para tener un trabajo y una casa digna.
Plan del Gobierno, ayuda de la ONU
Asistiendo a miles de venezolanos para que puedan volar desde la lejana Roraima hacia otras ciudades con mejores perspectivas laborales, la estrategia de ‘interiorización’ que funciona con la ayuda de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y de otras agencias de las Naciones Unidas, se encarga de ayudar a refugiados y migrantes de Venezuela para que puedan recomenzar en Brasil.
Este programa de reubicación voluntaria, que forma parte de la Operación Acogida (el plan de respuesta humanitaria del Gobierno de Brasil), ofrece una cuerda salvavidas y promueve la integración ayudando a que las personas puedan contar con nuevas oportunidades laborales o reunirse con familias o amigos en otras partes del país. En los últimos cinco años, más de 100.000 personas han podido ser reubicadas en más de 930 ciudades de este país con una superficie similar a la de un continente.
Renacer
Pedro, de 26 años, y Loriuska, de 19, son una joven pareja venezolana que ha comenzado una nueva vida juntos al sur de Brasil, con oportunidades laborales en el horizonte.
“Para nosotros ha sido como renacer, ya que no volveremos a estar en la calle, tendremos un lugar en el cual dormir, un cuarto de baño, y podremos ganar dinero como para enviarle un poco a nuestras familias que han quedado en Venezuela”, dijo Pedro.
“Me siento feliz porque estamos yendo hacia un nuevo futuro”, dijo Loriuska antes de abordar un vuelo de seis horas rumbo a Curitiba, en el Estado de Paraná. “Lo que más tengo ganas de hacer ahora es estudiar. Quiero recuperar el tiempo perdido”.
Las personas son reubicadas para que puedan reunirse con familiares o amigos que ya están viviendo en otras partes de Brasil. Otras son contratadas antes de irse de Boa Vista por empresas que necesitan mano de obra y un tercer grupo es asistido por organizaciones de la sociedad civil.
Sueños brasileño
Y no están solos en lo que han dado en llamar “el sueño brasileño”. Desde el mes de abril de 2018, el Gobierno de Brasilia ha trasladado a miles de venezolanos desde zonas fronterizas sujetas a gran presión en el norte hacia otras ciudades como Río de Janeiro y Brasilia, ofreciendo mejores oportunidades para lograr autonomía y poder integrarse. Con la ayuda del personal de la Organización Internacional para las Migraciones, los migrantes y refugiados encuentran un lugar para vivir además de oportunidades laborales.
Santo, de 58 años, y Mireya, de 51, llegaron un mes atrás a Brasil, con el objetivo de reunirse con su único hijo y sus nietos, que han estado viviendo en Santa Catarina desde 2021. Ambos extrañan su país natal, pero están muy agradecidos de que otros países en la región como Brasil estén recibiendo a venezolanos.
“Brasil nos está brindando una nueva oportunidad y esperamos poder devolver todo lo que nos están dando”, dijo Santo, sentado en una cama marinera en uno de los albergues federales en Boa Vista.
Su viaje comenzó en Temblador, una pequeña comunidad rural en el Estado de Monagas, en Venezuela. Se despidieron de amigos y parientes, vendieron el hogar que les perteneció por mucho tiempo por 300 dólares y se fueron rumbo a la frontera con Brasil.
Desde aquel momento, han estado viviendo en un albergue temporal con otros cientos de venezolanos. “Nuestras vidas están suspendidas en el aire, no tenemos nada”, dijo el carpintero, con la esperanza de que al contar con un empleo estable iba a poder acceder a una nueva vivienda. “Soy un profesional con 30 años de experiencia y puedo trabajar y progresar en este lugar”.
Santo y Mireya ya ven a Brasil como su segunda casa. “Es fantástico ver que podemos ser parte del futuro de este país y que nos han aceptado”, dijo Santo irradiando felicidad mientras abordaban un vuelo rumbo a Santa Catarina para reunirse pronto con su hijo y sus nietos.
Este reportaje ha sido escrito por Gema Cortés, de la Unidad de Prensa de la OIM, Oficina del Enviado Especial para la Respuesta Regional a la Situación en Venezuela.